Si notaste que el nivel de hartazgo de tu hijo está a tope y llegó al punto máximo, te invito a mostrarle una manera de usar su hartazgo para avanzar. Primero no intentes bajar ni disminuir su nivel de hartazgo.
Sentir que uno está "harto de estar harto" de algo, de una situación que se repite, de un modo de actuar que no te lleva a ningún lado, de vivir de una manera que no te gusta, es clave para transformar el hartazgo en algo diferente.
“Estar harto de estar harto”, es el punto justo de cambio. Porque mientras estamos un poco hartos nada se moverá. Necesitamos sentir el hartazgo a tope para generar un cambio.
Los momentos de mucho hartazgo tienen la energía del enojo y la frustración ¡Es mucha energía! Podes enseñarle a tu hijo a transformar esa energía en motivación. Usar la insatisfacción como un motor que le impulse hacia adelante.
Los aviones necesitan viento en contra para despegar. Su nivel máximo de hartazgo es el viento que necesita para actuar con determinación. Los momentos difíciles como estar al harto de no poder leer bien, harto de que se me pierdan las cosas, harto de que mamá me diga que soy desordenado, harto de que mi hermanito toque mis juguetes, etc. pueden ser “momentos de cambio”, momentos para decidir hacer algo diferente, momentos de acción.
Como adultos es importante que los guiemos y acompañemos en este proceso de utilizar la fuerza del hartazgo en acciones positivas y concretas. Podemos decirle: “Siento tu hartazgo por no poder leer como a vos te gustaría hacerlo. Existen personas que dedican su vida a ayudar a los niños a mejorar su lectura, tienen muchas maneras de ayudarte, con juegos, con técnicas, con un montón de cosas que son geniales para mejorar la lectura. Podemos ir a visitar a una de ellas y contarles que estas harto de leer así. Seguramente va a poder ayudarte”.
Tomando otro ejemplo a modo ilustrativo podemos decirles algo así: “Siento tu hartazgo al ver que tu hermanito toca tus juguetes. ¿Qué podemos hacer para que no vuelva a suceder? Podemos seleccionar los juguetes que si puede tocar y los que vos no deseas que lo haga guardarlos en una caja privada. ¿Manos a la obra? Luego lo invitamos a la acción . Actuar para que la energía del hartazgo no quede encerrada en su mente ni en su cuerpo. Mover esa energía hacia acciones concretas y positivas.
Enseñarles que estar “harto de estar harto de algo” es el punto justo para modificar ese algo y poder sentirnos mejor. Es una lección que le servirá para toda su vida.
Como padre, madre, agradece tus momentos de “estar harto de estar harto” porque te ayudan a evolucionar hacia una mejor versión de ti mismo.
Mariana de Anquin
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