<
¿Alguna vez te sentiste como un unicornio rodeado de caballos?
Hoy, muchísimos niños se sienten así.
En la escuela, en el recreo, en el club…
en espacios donde su forma de ser no encaja y su rareza se convierte en una herida.
Pero no están rotos.
No encajan, no porque haya algo mal en ellos, sino porque vinieron a abrir caminos que otros aún no ven.
Los llamamos Niños Unicornio.
No es un diagnóstico. Es una forma única de estar en el mundo.
Y hay tantos unicornios como niños…
Lo que los une no es una lista cerrada de características, sino la sensación profunda de no encajar del todo.
Suelen sentir que estar en grupo requiere un esfuerzo que para otros es natural.
No saben bien cómo iniciar una conversación, o cómo seguirla.
Eso agita su corazón, les sube la ansiedad, les sudan las manos.
Otras veces, los temas del grupo no les interesan… no disfrutan de los chismes, no les hacen gracia ciertos chistes, no se suman a las críticas.
No es que no quieran pertenecer. Es que no pueden forzarse a ser lo que no son.
Y eso los hace sentir solos, raros, incomprendidos.
Sin embargo, también comparten una sensibilidad hermosa y poderosa:
• Imaginación desbordante
• Intereses profundos y poco comunes
• Percepción del mundo fuera de lo común
• Inteligencia emocional o creativa desarrollada
• Una mirada propia, auténtica
¿El problema? Muchas veces, el sistema no sabe qué hacer con ellos.
Les dicen intensos, raros, distraídos.
Los empujan a encajar en moldes que no los contienen.
Y eso duele.
Porque corregir su rareza es como querer cortarle el cuerno a un unicornio.
Y cortar un unicornio… no lo convierte en un caballo.
Lo convierte en un unicornio herido.
Lo que necesitan no es corrección.
Es comprensión, vínculos auténticos, espacios donde ser ellos mismos, y adultos que los acompañen sin intentar cambiarlos.
Necesitan tiempo para encontrar a los suyos.
Y mientras esperan… vos podés recordarles lo maravilloso de quiénes son.
💬 “No está solo porque no es como los demás. Está solo porque está esperando a los que son como él.”
Entonces, como adultos, la pregunta es inevitable:
¿Estamos educando para que encajen… o para que florezcan?
Gracias por mirar más allá de lo visible.
Gracias por educar con alma.
Sigamos creando espacios donde los niños unicornio puedan brillar.
Porque su rareza… es su esencia. 🦄✨
En tiempos difíciles es muy importante fortalecer los vínculos de la familia. Mientras más unidos y apoyados estén sus miembros entre sí, más fuertes y resilientes se sentirán. Para fortalecer los vínculos familiares es importante organizar un momento del día para compartir algo todos juntos, por ejemplo la cena . En ese momento compartido podes probar esta dinámica: Las Rondas de preguntas . Preguntas abiertas para fomentar el dialogo familiar y fortalecer los vínculos: ¿Qué fue lo mejor qué te pasó esta semana? (o en el día de hoy si los niños son pequeños) ¿Qué fue lo más difícil de está semana /del día de hoy? ¿Qué cosa nueva hiciste/aprendiste/descubriste esta semana /o el día de hoy? ¿Qué te gustaría agradecer hoy? Pensemos en esas cosas bonitas, en detalles que nos sorprendieron, aliviaron, alegraron. Es decir, contemos las bendiciones ...
Comentarios
Publicar un comentario